Friday, May 12, 2017

El mito de amarte a ti mismo...

Las opiniones de 3 psicólogos:

Existe un mito psicológico circulando que tienes que amarte a ti mismo antes de que alguien más te pueda amar. La verdad real es que mucha gente aprende a amarse después de ser amada por alguien más. Varias personas fueron capaces de amarse solamente después de que alguien llegó a su vida y les hizo sentir que valían la pena. Para muchos, este amor floreció en una relación sana de toda la vida. Para otros, fue una experiencia que los puso en un camino para encontrar su verdadero propósito en la vida. Desde otro ángulo, todos conocemos a personas que están enamoradas de ellas mismas (se llaman narcisistas). Cuando alguien es totalmente absorbido por él mismo, él o ella no tendrían espacio en su corazón para cuidar a otro ser humano. Cuando la apariencia, el poder o el carisma empiezan a desvanecerse, muchas personas con este problema se encuentran muy deprimidas y muy solas. Para las personas que siguen luchando con amarse a si-mismas, recibir seguridad y apoyo de una pareja amorosa es muy importante en el proceso de sanación. Recordar a alguien que está luchando con aceptarse a si-mismo que él o ella merece ser amada es un verdadero regalo desde el corazón. Confiar que estás amado podría ser difícil para alguien que ha sufrido un trauma o una pérdida significativa. Para estas personas, se sugiere paciencia y persistencia. El corazón tiene poco espacio, y si está lleno de dolor, hay menos lugar para el amor. El amor de hecho expulsa a la tristeza en nuestros corazones, entonces al dejarlo entrar, no solamente logras sentir el maravilloso regalo de ser amado por otro, también logras soltar un poco del dolor antiguo al cual podrías estar aferrado. 

Usualmente terminamos jalando otras personas en el lodo por como nos sentimos acerca de nosotros mismos. Cuando esto pasa, la gente en nuestras relaciones se vuelve daño colateral por la guerra que se está llevando adentro de nosotros. Y esto es una realidad increíblemente asquerosa para enfrentar si hemos permitido que las partes feas de quienes somos tomen el control del volante y llevar nuestras relaciones al acantilado. No estar con nadie porque no estamos bien parados es, en varios sentidos, la cosa responsable por hacer. Pero quedarse lejos de una relación seria por no estar lista a tener el privilegio de intentar amar otra persona podría ser un lugar solitario imposible de habitar. El único problema es, en este esfuerzo en curso para cuidarnos antes de centrarnos en amar alguien más, podríamos perdernos. Podemos sentir como si tuviéramos que esperamos hasta estar perfectos para amar a alguien más porque todo empieza a sentirse extremadamente frágil, y parece como que la menor imperfección podría condenar la próxima relación.

Es mucho más difícil amarnos y perdonarnos y aceptarnos que hacerlo a los demás, en especial estos que más nos importan. Si esperáramos a llegar al punto de estado avanzado de amor a nosotros-mismos antes de atrevernos a amar alguien más, esto sería un desesperado planeta solitario. No dejes estas reglas espirituales impedirte de tomar pasos positivos en tu vida. Si te estás sintiendo con la disposición de amar a alguien, entonces ama a alguien. No necesitas reparación antes. Si esta persona te ama de regreso, hermoso. Si no, entonces tendrías que migrar hasta inspirarte en amar alguien más. Nosotros los humanos estamos construidos para conectar, y a través de esta conexión con los demás aprendemos lo máximo acerca de nosotros. Es a través de la conexión con otros que nos sanamos. No sientas la necesidad de hacer caso a ninguna regla que en alguna forma los aleje del amor o sugiera que no estás en un lugar para dar y recibir amor. Estamos siempre en un lugar para dar y recibir amor, al mejor de nuestra capacidad. Y siempre hay trabajo que hacer para dar y recibir más abiertamente y generosamente. Esta es la naturaleza del ser humano.

Monday, September 19, 2016

El amor en el tiempo del Xbox y el Whatsapp...

Empezaré esta entrada por una aseveración radical: no existe una limitación en medios de encuentro. Todo medio de comunicación es válido, todo sentimiento desarrollado a través de ello es real para quién lo siente. La historia de hoy no es una historia de chat de internet que perdió legitimidad en cuanto a innovación. Una amiga me buscó para apoyarla en su nueva relación que conoció por medio de una consola de juegos.

El mundo gamer nos da la impresión errónea que es estrictamente un mundo masculino. Temo que no es el caso y cada día hay más jugadoras que se unen y demuestran una capacidad que trasciende la diferencia de género. Aclaremos que el mundo de los juegos ha evolucionado igual que todas las demás tecnologías. Cabe destacar que la imagen que tenemos del juego de una persona frente a su televisor ha cambiado a una actividad dinámica que incluye varias personas en comunicación directa para llevar a cabo tareas lúdicas que incluyen mucha coordinación y habilidad. Este nuevo paradigma nos ofrece un nuevo espacio de intercambio entre personas que disfrutan una pasión común donde pueden brotar relaciones de amistad... y a veces, algo más.

Algunos nuevos juegos tienden a alargarse en un esquema de mercadotecnia y nos impulsan a crear redes de amigos para seguir disfrutando, y los encuentros en línea se vuelven frecuentes y cotidianos. Las pláticas por lo general empiezan por ser limitadas al juego mismo y siempre evolucionan a charlas personales reales donde se comparten detalles de la vida diaria. Personalmente tengo varios amigos que conocí por un juego y terminé por echarme una cerveza con ellos. El caso amoroso del cual trata esta entrada implica a una jugadora que después de meses de jugar con el mismo grupo terminó desarrollando sentimientos recíprocos con otro jugador. La única desventaja es que viven en partes un poco lejanas. Independientemente de la manera en la cual se conocieron, no cabe duda que es otro caso común de amor a distancia.

La comunicación por medio de la consola de juegos evolucionó a otros canales, whatsapp y teléfono. Los sentimientos florecieron y dieron lugar a una pasión y muchas ganas de conocerse en persona. El problema que surgió está relacionado directamente a la interpretación de señales. El chat de whatsapp nos facilita la vida, pero también la complica y puede llegar a provocar pleitos serios por mala deducción del mensaje escrito.

Este método de comunicación instantánea por medio de un aparato portátil ignora indudablemente la situación de la persona que escribe. Nunca sabemos que hace la otra persona en el momento de escribir. Si está ocupada y no contesta, podemos saltar a teorizar que no le importamos. Si escribe algo que no nos satisface pese a la emergencia entre las manos, podemos caer en interpretaciones que van desde la sencillez que está fría hasta la complejidad que tiene alguien más. Si contesta con un cuadro humorístico poco tradicional con intento de sarcasmo o ironía (donde las caras emoticónicas no corresponden o simplemente por poner la cara equivocada), podemos llegar a enojarnos y el humor se vuelve enfado, y la situación llega fácilmente a transformarse en un estallido de emociones terminando por decir cosas de las cuales casi siempre nos arrepentimos.

De igual forma, la llamada telefónica ayuda mucho a revelar el tono de voz donde muchos aspectos de la conversación se aclaran. Sin embargo, queda corta frente a una comunicación presencial donde la gesticulación y las expresiones faciales confieren más certidumbre al diálogo.

No se trata de una disertación semiológica ni psicológica (no es la tribuna adecuada), sino una constatación basada en experiencia personal donde más de una vez tuve que explicar porque escribí algo en la mensajería instantánea y que quise decir. En este caso, sucedió lo mismo.

La persona fue seca en sus respuestas porque sufrió un accidente de trabajo, se lesionó la espalda, y al mismo tiempo tenía una bronca laboral que resolver, y para colmo, una situación de carencia económica para solucionar las dos cosas al mismo tiempo. Hasta que no se aclararon las cosas en la noche del mismo día de nuestra conversación, mi amiga tuvo un cuadro asmático agudo por haber dudado de su relación y pensado que ya no le importaba. Este salto a una conclusión engañosa pudo haber llevado a un rompimiento (sin mencionar el cuadro de deterioro de salud) por no dar el beneficio de la duda.

La comunicación no solamente es importante para una pareja, sino imprescindible. Es vital entender que pueden surgir situaciones donde no se puede tener toda la información, donde una persona no está en posibilidad inmediata de comunicar todos los detalles, donde existen ciertas prioridades momentáneas que remediar y se hace un juicio precipitado, unas decisiones perentorias donde la explicación a la pareja puede esperar. En una relación saludable, esto es simplemente parte de la confianza. Una pasión a distancia que no ha crecido a un contacto personal sano no posee esta ventaja todavía. No obstante, hay que cuidar estos saltos a conclusiones, armarse de paciencia y luchar contra nuestra mente que nos juega malas bromas, y estos juegos (a menos de confiarse a un amigo o una amiga) son muy solitarios y destructivos.

Tuesday, September 13, 2016

Una historia de larga distancia...

El día de ayer, una persona me visitó con un caso extremo: durante un viaje, se enamoró de otra persona, de un país conservador, de otra religión, y ya llevan un año intercambiando mensajes... La plática fue larga donde describió las circunstancias del encuentro... un encuentro platónico que revigoró mi creencia en el amor inocente!
Posterior a este encuentro, hubo un envío internacional de regalos sencillos, muy significativos. El intercambio de mensajes sigue siendo cortés con alusiones imperceptibles a los sentimientos evitando cualquier aclaración tangible. Se puede inferir que la situación parece irreal y desesperada, pero las emociones y las lágrimas la hacían real, y la intuición reflejaba una mutualidad: se notaba que eran sentimientos recíprocos amenazados por el realismo. Cada uno tiene su vida hecha en lugares opuestos del globo terráqueo, hablando con un idioma no nativo para entenderse. Sin embargo, el amor no conoce geografía, ni culturas, ni limitaciones, ni religiones, ni condiciones, ni costumbres, ni imposibles.
Después de acabar la botella de whisky, de llorar varias veces, había que aterrizar algo palpable, un plan de conquista, un camino de encuentro para darle chance a estos sentimientos de crecer.
Por experiencia en las relaciones a distancia, sé que, para florecer, uno de los dos tiene que emprender un gran sacrificio: mudarse al lugar del otro, aprender el idioma, acomodarse y crearse una nueva vida. Mi amistad estaba dispuesta a dejar todo, echar todo por la borda por un capricho ya que no había ninguna promesa todavía. Se le notaba un entusiasmo delirante por hacerle caso a su corazón. Mientras esto se considere un apogeo sublime y noble en el mundo del amor, no existe una garantía, ni una red de seguridad, ni un camino claro. Le expliqué que no era sano llegar para ser una carga para la otra persona, una responsabilidad, una preocupación. Existe una posibilidad remota de encontrar un traslado por motivo laboral ya que este encuentro fue por causa de un viaje de trabajo, y esto sería lo más práctico. La otra eventualidad menos dramática es todavía más sencilla: buscar un espacio vacacional de la otra persona para invitarla a conocer este rincón.
La reacción fue una exaltación pese a ser de lo más obvio. Hay que entender que el enamorado de repente se vuelve ciego y deja de ver las cosas con claridad. Entre disfrutar la sensación de las mariposas de fuego en el pecho y el vientre, y llorar por el sufrimiento de lo inalcanzable (un poco de masoquismo?) se pierde de vista la búsqueda de soluciones.


El amor no es solamente una sensación o un sentimiento, es una decisión, un deseo de compartir a largo plazo, de comulgar con la otra persona en un mundo real. Yo no sé cuánto duraría esta sensación o este deseo ardiente. Quizás sea solamente ganas de tener algo por imposible o difícil y una vez lográndolo, aburrirse y dejarlo ir. Los valores del amor en nuestros tiempos han cambiado, y muchos ya no creen en el vivieron felices para siempre. Soy un ávido devoto de las relaciones a plazo indeterminado. Si los dos se aman con respeto y voluntad de querer estar juntos, todos los obstáculos se pueden superar, todos los argumentos se pueden debatir, todas las justificaciones se pueden disuadir. La relación es siempre de dos, si uno pierde la fe y decide ya no querer, no se puede enmendar. No existe la relación perfecta, no existe el novio o la novia que caiga como pieza de rompecabezas en nuestra complejidad. Todas las relaciones necesitan trabajo, entendimiento, comunicación, sacrificio, consenso, respeto de la individualidad del otro, costumbre a los hábitos del otro, aguantar lo que para nosotros son defectos del otro, y un ejercicio diario en hacer al otro feliz - en dar, en amar. Muchos confunden la chispa de pasión fugaz con el amor. Mientras sea un componente inalienable de una relación seria, es importante saber que tarde o temprano se va a consumir y lo que queda, es la decisión y el intento de hacer lo mejor posible para seguir creciendo. La alternativa es empezar todo de nuevo con alguien nuevo, con defectos nuevos, costumbres nuevas... Ya les contaré en una próxima publicación una historia personal de una adicción a las chispas.